Vaya que la suerte esta de parte de Marco Antonio Guzmán Silva quien apenas dejo el timón del Buque Pirata de inmediato fue contratado por una televisora local como comentarista de los encuentros de los Piratas de Campeche, será que por ahí esta la venganza por la forma en que lo corrieron sin decir aguas va y ahora sacara flote los problemas que hay en el club.
Fue de verdad sorpresiva la presencia, como sorpresiva su salida del Club Piratas de Campeche, pero lo más sorprendente es que ahora la familia Guzmán es el amo, dueño y señor de orca y cuchillo, ya sea con los Directivos como los jugadores los que sufran los embates por medio del micrófono y porque no lo hizo cuando estuvo en el terreno de juego.
Lo contradictorio en este caso será sin lugar a dudas que a bola cantada ya todo lo que se diga no es válido, porque sería como escupir hacia arriba, todo le caerìa al buzo en la cara, porque los “malayas”, los “hubiera” y todo lo demás están fuera de tiempo, en este si aceptó la invitación, pues fue mala la idea, sobre todo cuando más que nunca adquiere vigencia el dicho de que “cuando hay hambre no hay mal pan” o bien “en tiempos de crisis tortillas duras no son malas”.
Pero fuera de todo esto y de vuelta al asunto del equipo, lo más solidario será desearle la mejor de las suertes, pero la directiva no debe olvidar que nunca se obtienen buenos resultados cuando existe un gobierno dentro de otro gobierno y según dicen las malas lenguas, ese es en realidad el verdadero problema de Piratas de Campeche.
Sino al tiempo, porque no debe olvidarse que la temporada pasada Marco Antonio sacó al “buey de la barranca”, qué pasó esta campaña, quizás trató de jugar al verdadero mánager y las consecuencias salieron a relucir, el resultado, tuvo que dejar la “caseta del jefe” por “la caseta de transmisiones de una televisora”, no hay de qué espantarse, hay que entrarle a todo.
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